Les envío una nota publicada hoy domingo 7 de marzo en el Diario Perfil, donde me parece que se pone en juego algo de lo que se planteó el sábado en el Seminario que abrió Marcos. Ahí donde apuntaba a las hipótesis biológicas rechazando la configuración del Otro en lo tocante al malestar, enlazado con lo socio-político y las vertientes del poder (artículo de Raquel). En éste caso, la nota habla de "identidad de género", enmarcada en lo que se conmemora mañana como el Día de la Mujer.
De paso: Marcos si tenés traducido el capítulo XIV de lo que trajiste de Sibony ("El silencio de los analistas"), ¿me lo podrías adjuntar? Gracias y saludos.
Mariano Cordera
DIARIO PERFIL, Domingo 7 de marzo de 2010
transexuales y travestis
La mirada psicológica de una nueva identidad
Por L.G.
“Si bien la descripción de transexualismo aparece en el DSM-IV-R y en el CIE-10 –dos versiones del Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales (DSM)– como trastorno de identidad de género, es importante mencionar que estas clasificaciones se encuentran en revisión y que países como Australia, la Unión Europea (excepto Irlanda) y varios estados de Estados Unidos sostienen que la transexualidad no debe ser considerada como una enfermedad mental, sino como una condición en sí misma, libre de toda patología. Así, han dado reconocimiento legal al cambio de género”, explica a PERFIL la licenciada Inés Aristegui, de la ACU University de Australia, y toma como fuente el DCA de 2010. Para seguir adelante en la explicación, recordó dos conceptos fundamentales: “La identidad de género responde a una concepción psicológica de pertenecer a un determinado sexo; es decir, es el sentimiento de ser hombre o mujer y se consolida entre los 3 y 4 años. La orientación sexual, en cambio, responde a la atracción emocional, romántica, sexual y/o afectiva hacia personas de un sexo particular y se consolida en la niñez o adolescencia”. “Las investigaciones realizadas –continúa la especialista– revelan que las personas transexuales no eligen su identidad de género, sino que se trata de una experiencia muy fuerte de pertenecer a un género diferente al que su aspecto físico revela, que podría tener su etiología en elementos de base biológica. Por ejemplo, un estudio realizado post mórtem con cerebros de hombres y mujeres heterosexuales y personas transexuales de hombre a mujer y de mujer a hombre (Kruijver et al., 2000) revela diferencias en algunas formaciones cerebrales. En el hombre, el volumen del núcleo límbico del área hipotalámica y el número de sus neuronas es casi el doble que en la mujer. En el caso de las personas trans, las formaciones de sus cerebros concuerdan con su identificación psicológica de género (no así con la de su anatomía al nacer). Según este estudio, esta parte del cerebro estaría involucrada en el desarrollo de la identidad de género”, concluye Aristegui.
PERFIL consultó a Jorge Horacio Raíces Montero, psicólogo de la Comunidad Homosexual Argentina, sobre las diferencias psicológicas entre travestis y transexuales: “La psicología de una travesti y la de una transexual respectivamente son entidades diferentes con peso propio. En la primera, existen personas conformes con partes de su cuerpo y una necesidad afectiva-vivencial de pertenecer a otro género. En cambio, en la identidad transexual generalmente hay un rechazo particular hacia los genitales y las mamas, y un especial rechazo por la marca biológica. En ambas identidades de género, en psicoterapia se trabaja en la construcción de la identidad a la que se dice pertenecer, ayudando en la concientización del cambio y orientando en sus modificaciones”. Además, remarcó que “la construcción de la identidad –para ambos casos– ocurre desde la infancia, por sentimientos y experiencias. Por rechazos y apetencias (lo que me gusta, lo que no), luego se expresa en la adolescencia con marcado énfasis y se sigue conformando a través del tiempo, nunca termina de conformarse totalmente ya que se modifica constantemente”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario